Kupanda es un modelo de inversión agrícola en huertas de aguacate tecnificadas. Participas como accionista, con retorno a mediano plazo y acceso al negocio del aguacate de forma segura, sin necesidad de ser un experto.
Un terreno. Una acción. Un proyecto.

200 m² por acción Ubicado en Pátzcuaro, Michoacán Junto a desarrollo residencial

Eres socio del proyecto Participas en ganancias del aguacate No operas, no construyes, solo inviertes

Sin enganche (solo este proyecto) Pagos fijos por 7 años Accesible y sin presión

Escritura pública Tu acción equivale a terreno Puedes vender o traspasar
Desde tu celular o computadora, haces todo el proceso de forma segura y legal.

1 Agenda una Videollamada
En 30 minutos te explicamos todo: el proyecto, la tierra, el modelo de inversión y los pagos. Sin compromiso.

2 Elige una acción
Cada acción representa 200 m² de terreno real Tú decides cuántas quieres.

3 Firma tu contrato digital
Legal, seguro y desde cualquier lugar Todo queda respaldado.

4 Empieza a pagar desde $2,000 al mes
Sin enganche
Pagos fijos por 7 años

5 Accede a todo en línea
Tu contrato, tu estado de cuenta, tu inversión.
Siempre disponible para ti
Te vuelves socio del cultivo de aguacate. Aunque no tienes voz ni voto en decisiones, sí tienes derecho a las ganancias.
Desde el séptimo año empiezas a recibir rendimientos cada año. Tú solo esperas. La tierra hace el resto.
Las ganancias dependen del mercado y de la cosecha real. No hay promesas vacías, hay resultados del campo.
No operas nada. No tienes que visitar el huerto. Solo inviertes y ves crecer tu participación año con año.


Porque es oro verde.
Porque el mundo lo quiere.
Y porque la tierra no se devalúa.
El aguacate tarda en crecer, sí.
Pero una vez lo hace, cosechas cada año.
Te vuelves socio del cultivo de aguacate. Aunque no tienes voz ni voto en decisiones, sí tienes derecho a las ganancias.
Desde el séptimo año empiezas a recibir rendimientos cada año. Tú solo esperas. La tierra hace el resto.
Las ganancias dependen del mercado y de la cosecha real. No hay promesas vacías, hay resultados del campo.
No operas nada. No tienes que visitar el huerto. Solo inviertes y ves crecer tu participación año con año.

Sin enganche.
Con financiamiento.
En una tierra con historia, clima y valor real.
